
Una luminosa noche de luna llena, mientras Yago dormía, notó que algo se clavaba en su aleta
-¿Qué ha pasado? ¿Qué se ha clavado en mi aleta que no me deja nadar?
Y dolorido, se dejó llevar por las olas en la azul oscuridad del mar.
Una milla hacia el sur, se encontraba una lancha estropeada en la que iba una familia feliz pero asustada, porque con la lancha en ese estado no podían volver a su casa. Los teléfonos móviles habían perdido la cobertura en aquel recóndito lugar y así no podían pedir ayuda.
Con los primeros rayos de sol de pronto sintieron un choque enorme! ….¡pim pam pum! Era Yago contra la lancha… los pequeños Pablo y Ángel se asomaron para ver qué acababa de suceder…
-Ohhh………. No…….. ¡papá, mamá! ¡Un tiburón herido!
Yago tenía clavada en su aleta un pedazo de lata de refresco. ¿Cómo podía haber llegado allí? Nadie podía explicarse cómo en medio de la naturaleza podría encontrarse aquel pedazo de lata que sólo debía estar en la basura.
Rápidamente la familia se puso en marcha para salvar a Yago. Mamá y papá sujetaron su angulosa aleta y los hermanos arrancaron aquel pedazo de metal oxidado… ¡Crack! ¡Lo consiguieron como héroes!
Yago se emocionó tanto que dio el salto más grande que se había visto en el mar. Feliz, ya podía nadar de nuevo.
La familia se sintió orgullosa por lo que habían logrado juntos, pero continuaban perdidos sin forma de llegar a casa.
De pronto, Yago abrió su boca y dejó ver todas sus filas de dientes blancos y limpios. Entonces, dio un mordisco certero a una cinta que sobresalía de la lancha y así se unió a ella y nadando con su aleta les llevó a la orilla del puerto más cercano. Ahora era Yago el héroe poniendo a salvo a toda la familia feliz.
Todos somos superhéroes cuando protegemos el mar y no tiramos residuos en las playas y sus aguas. Los residuos sólo tienen un destino, la basura. Unidos, ¡Vamos a cuidar nuestro planeta!
Deja que tu KIDIS Yago se agarre a tu espalda y camina a salvo con él. ¡Sois dos héroes unidos!